27 noviembre 2009

CUANDO TODO FALLA, JESÚS NO FALLA

24Jesús se fue con él, y lo seguía una gran multitud, la cual lo apretujaba. 25Había entonces entre la gente una mujer que hacia doce años padecía de hemorragias. 26Había sufrido mucho a mano de muchos médicos, y se había gastado todo lo que tenía sin que le hubiera servido de nada, pues en vez de mejorar, iba de mal en peor. 27Cuando oyó hablar de Jesús, se le acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto. 28Pensaba: “si logro tocar siquiera su ropa, quedaré sana”. 29Al instante cesó su hemorragia, y se dio cuenta de que su cuerpo había quedado libre de esa aflicción. 30Al momento también Jesús se dio cuenta de que de él había salido poder, así que se volvió hacia la gente y preguntó: -¿Quién me ha tocado la ropa?- 31-Ves que te apretuja la gente –le contestaron sus -, y aún así preguntas: “¿Quién me ha tocado?”. 32Pero Jesús seguía mirando a su alrededor para ver quién lo había hecho. 33La mujer, sabiendo lo que había sucedido, se acercó temblando de miedo y, arrojándose a sus pies, le confesó toda la verdad. 34-¡Hija, tu fe te ha sanado!- le dijo Jesús-. Vete en paz y queda sana de tu aflicción. Evangelio de Marcos 5.24-34

Como seres humanos somos imperfectos, lamentablemente somos propensos a no cumplir lo que prometemos. Nuestros padres nos fallan, los hijos nos fallan, los hermanos nos fallan, el amigo nos falla, el vecino nos falla, el patrón nos falla, en fin, alguna vez, hasta el que menos creíamos, ese nos falla. Esto no quiere decir que ya no confíes en nadie, lo que debemos entender es que en este mundo hasta la persona más cercana nos puede fallar. Pero hay alguien que nunca, que jamás, te va a fallar, esa persona se llama Jesús. Esta mujer enferma se pudo dar cuenta de esto. Leamos:

¿Por qué puedes confiar en Jesús?

Porque Jesús te Puede Ayudar:
Esta mujer tenía un gran problema (hemorragias) y ya lo había padecido por largo tiempo (12 años). Todo lo que había hecho para poder estar sana le había fallado y parecía que ya no había solución. Esta mujer estaba desesperada. Ya no soportaba seguir igual. Día tras día, se despertaba y se daba cuenta que su hemorragia continuaba. Sin embargo al escuchar de Jesús pensó: "si logro tocar su manto quedaré sana" (v. 28). Dice la Biblia en el evangelio de Mateo 11.28 “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso”. Mira, el mundo nos va a fallar, todo alguna vez nos va a fallar, sin embargo Jesús no. Él es nuestro amigo fiel, y en él tenemos alguien seguro en quien confiar. Él está ahí para ayudarte en cualquier problema que tengas en este momento.

¿Por qué puedes confiar en Jesús?

Porque en Jesús hay Poder para Sanar y Salvar:
Esta mujer había intentado todo lo humanamente posible, había ido con los médicos, se había gastado todo su dinero y nada le había podido ayudar. Estaba desesperada y acude con el médico de médicos. Sin embargo, ella tuvo fe en Jesús y lo tocó. Ella era la mas interesada en quedar sana, si ha alguien le interesaba su salud, era a ella.En ese momento quedó sana y la hemorragia cesó. El milagro se había hecho. Todos esos años de aflicción, de desalientos, habían quedado atrás, ¡Ahora estaba sana!

Puedes confiar en Jesús porque él tiene el poder para ayudarte. No importa la gravedad del problema ni el tiempo que tengas con tu necesidad, Él tiene poder para ayudarte. Debemos solamente usar la misma formula que uso esta mujer. Su formula fue "tener fe" ella dijo: “si logro tocar si quiera su ropa, quedaré sana”. Ella tiene fe en que sólo tocándolo iba a sanar, no dudó. Dice la Biblia en la carta a los Hebreos 11.1 “la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve” . Es necesario tener fe en Jesús y cuando esto sucede su poder se manifiesta en nuestra vida.

¿Por qué puedes confiar en Jesús?

Porque Jesús nos da Paz y Tranquilidad:
Después de que la mujer tocó el manto de Jesús, él pregunta que quién lo había tocado. Jesús quería que la mujer se confesara. Quería que la mujer tuviera un encuentro personal con él. Después de la insistencia y al verse sorprendida la mujer confesó que ella le había tocado, al instante Jesús le dice: “hija, tu fe te ha sanado. Vete en paz y queda sana de tu aflicción”. Es necesario que le confesemos a Jesús todo lo que nos pasa. Cuando hacemos esto, Él nos da paz y tranquilidad.

"Después de un naufragio en una terrible tempestad, un marino pudo llegar a una pequeña roca y escalarla, y ahí se quedó durante muchas horas. Cuando al fin pudo ser rescatado, un amigo suyo le preguntó: -¿No temblabas de espanto por estar tantas horas en tan difícil situación, amigo mío? –Sí –contestó el náufrago -, la verdad es que temblaba mucho; pero ¡la roca no....! Y esto fue lo que me salvó".

Dice la Biblia en Deuteronomio 32.4 “Él es la Roca, sus obras son perfectas”. Como él es la Roca, nosotros tenemos una base firme en la que podemos depositar nuestra confianza, debiéramos decir lo que dijo el rey David en 2 Samuel 22.2 “El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite! Él es mi protector y mi salvador”. Jesucristo es especialista en situaciones difíciles. Él es el Dios de los imposibles. No hay misión imposible que Dios no pueda realizar. Debemos depositarnos en la mano de Dios, solamente en él encontramos la verdadera paz. Dice la Biblia en el evangelio de Juan 16.33 “Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo”.

¡Puedes Confiar en Jesús!
Cuando todo nos falla, Jesús no nos falla. Esta mujer se pudo dar cuenta de esto. ¿Quieres ser tú también una persona que verifique que Jesús no te falla? Acércate a Él con fe y cuéntale lo que siente tu corazón. No sigas viviendo sin nadie en quien confiar, confía en Jesús toda tu vida.

BENDICIONES PARA TU VIDA